Aston Martin V8 Vantage usado o Ford Mustang GT V8 nuevo, ¿cuál comprar?

Aston Martin V8 Vantage usado o Ford Mustang GT V8 nuevo, ¿cuál comprar?

Índice
  1. Artesanía británica de la vieja escuela contra el encanto de un muscle car americano. ¿Qué V8 atmosférico de propulsión trasera elegirías?
  2. Ficha técnica del Aston Martin V8 Vantage (B7, 2005-2008) 
  3. Ficha técnica del Ford Mustang GT 5.0 V8 

Artesanía británica de la vieja escuela contra el encanto de un muscle car americano. ¿Qué V8 atmosférico de propulsión trasera elegirías?

Esta es una historia de dos V8. Uno de los coches es puro, muy mecánico de tacto y bastante transparente sobre sus intenciones. El otro es algo menos físico de conducir, incluso amigable, y tiene unas cuantas soluciones avanzadas –ah, y no es el que se fabrica en Gaydon–. Ya puedes desechar todos los tópicos, porque el último Ford Mustang puede parecer una propuesta antigua, pero hoy en día está firmemente anclado al siglo XXI.

Pongamos que estás en la línea de salida para hacer una compra, metafóricamente hablando, tienes unos 45.000 euros y buscas un coupé V8. El gasto en gasolina no es algo que te preocupe –salvo que sea realmente terrible, se entiende– pero naturalmente te fijas en los costes de mantenimiento.

Las opciones nuevas en este rango de precios han sido escasas en los últimos años, reducidas casi exclusivamente a algunos Vauxhall de parentesco australiano. Pero recientemente hemos vivido la llegada oficial de un Mustang con volante a la derecha, que además acaba de ser puesto al día. En EVO apreciamos mucho el Mustang –bueno, la versión V8–. No es difícil ver por qué ha sido un pequeño éxito de ventas en Europa, teniendo en cuenta su refrescante y arriesgada personalidad, sus prestaciones puras y su relación calidad-precio.

Y entonces, este particular dilema podría empezar y concluir casi de inmediato debido al diseño de nuestro aspirante de segunda mano, que sigue siendo tan espectacular como siempre. Como muchos otros coches, el Aston Martin V8 Vantage puede haber recibido nuevas llantas, acabados, elementos de fibra de carbono y un montón de adornos durante su larga vida en producción, pero al menos a nuestros ojos ninguno es tan impresionante como el original lanzado en 2005, que sigue siendo una llamativa y preciosa máquina que aún atrae miradas y es apreciada actualmente. Me atrevería a decir que es incluso más bonito que el nuevo Vantage.

Si puedes resistirte a los encantos estéticos del Aston, el Ford tampoco tiene mal aspecto. Sí, en general resulta voluminoso y por proporciones quizá no esté a la altura de algunos detalles de su diseño: es una bestia típicamente americana cuando está aparcado junto a un coche normal, y más aún frente al Aston –que también es un rechoncho coupé comparado con un Porsche 911 de la época–, pero no hay duda de que tiene presencia en un océano de berlinas premium alemanas y tristes SUV.

Las apariencias tampoco engañan, porque con 1.668 kilogramos el Mustang es un peso pesado en todos los sentidos, si bien el Aston, con 1.630 kilos, no es tan ligero como su chasis de aluminio invitaría a pensar. Ninguno de estos coches es una delicadeza; ambos son en cierta manera fornidos monstruos V8 de propulsión, pero no son tan intimidantes de conducir como esperarías, ya que sus prestaciones se ven lastradas por su masa.

Más allá del fabuloso aspecto del Aston, uno de sus principales atractivos es la naturaleza analógica de su experiencia de conducción. No tiene ni 15 años de edad todavía, pero la combinación de una dirección asistida hidráulica, una caja de cambios manual y un V8 atmosférico parece tan anticuada como un clásico de hace varias décadas. En resumen, sencillamente ya no hacen coches como este.

Y es una pena. Siendo honestos, el Vantage, y particularmente en su forma original con el motor 4.3 litros –como este–, no fue nunca tan bueno como sugería la expectación generada. El V8 original tenía la potencia necesaria –380 CV–, y hacía el ruido adecuado, pero le faltaba el músculo a bajo y medio régimen como para mover semejante peso a la clase de ritmo que preocuparía a un Porsche Carrera S 997. El chasis tampoco estaba a la altura, con una desconexión entre los ejes delantero y trasero que restaba confianza al conductor a la hora de conducir rápido. Los ajustes de la versión Prodrive –2006/2008– mejoraron mucho esto, al igual que el posterior Sports Pack oficial. Podrías encontrar uno de estos coches, y desde luego nada te impide hoy día equipar los diversos elementos a posteriori.

Los ejemplares más tardíos con motor 4.7 litros –a partir de 2008– también tenían un comportamiento más coherente, así como un generoso par a medio régimen, pero con este presupuesto estaríamos hablando de unidades con más kilometraje.

Aun así, nada de esto debería hacerte pensar que el Vantage no es un objeto de deseo. Sólo la emoción de abrir la puerta del garaje y ver este modelo en una mañana de sábado es difícil de cuantificar, y la forma en la que canta el V8 a altas revoluciones es una gozada. También es un acontecimiento por dentro: vale, el navegador es rotundamente pésimo y la visibilidad hacia fuera no es la mejor, pero se siente especial y, como demuestra esta unidad, los Vantage llevan sorprendentemente bien el paso de los años.

El motor tiene una respuesta suave al ralentí y a bajas vueltas, mostrando su entusiasmo más arriba en el cuentavueltas, mientras que la palanca de cambios requiere un potente golpe de hombro. La dirección tampoco hace ningún esfuerzo por ser ligera a velocidades de aparcamiento, a pesar de la asistencia. No es un coche complicado de conducir, aunque sí debes concentrarte en lo que haces para ir mejorando poco a poco.

Confrontado con semejante y majestuosa fuerza bruta, el Mustang comienza a arrugarse un poco. Bueno, al menos hasta que presionas el botón de arranque de la parte baja de la consola. Entonces, empezarás a sonreír como un idiota. Tras el frenético y nervioso bramido del Aston, el motor del Mustang es auténtico sonido heavy metal de Detroit y, por tanto, glorioso. Con el escape activo de esta nueva versión, ha de ser uno de los mejores sonidos de V8 que he escuchado en mucho tiempo, y además le encanta subir de vueltas, siendo especialmente poderoso cuando gruñe por encima de 7.000 rpm.

Esencialmente, es ese tipo de cualidad lo que hace que conducir el Mustang te haga disfrutar a cualquier ritmo. No tienes que buscarle las cosquillas para pasarlo bien con él. Es un poco como tener un coche clásico y un coche nuevo combinados en uno solo: el sonido, el gran salpicadero con guiños al diseño de los años 60, la relajada experiencia de conducción –sigue sin ser la más precisa en cuanto a incisividad del tren delantero y control de la carrocería–... Todo tiene un gusto retro. Pero el sistema multimedia, los modos de conducción o la fácil experiencia de usuario son rasgos que esperas en un coche nuevo.

Desafortunadamente, este coche de prensa en concreto no equipa la suspensión opcional Magneride –2.200 euros– y esto significa que puede perder la compostura sin demasiada provocación, aunque cuando hemos conducido unidades equipadas con dicha opción nos ha sorprendido lo que mejora el comportamiento del Mustang.

Gran parte de lo que estás comprando con cualquiera de estos modelos es tradición y emoción. En lo que ambos sacan un sobresaliente es en la forma en que te hacen sentir y en la historia que acarrean a sus espaldas. Nombres como Mustang y Vantage tienen una repercusión que te puede hacer sonreír simplemente con pensar en los coches a los que están ligados, y qué decir si sabes que tienes la llave en el bolsillo y tu nombre figura en los papeles.

Por tanto, no hay realmente un perdedor aquí, pero si me forzaran no creo que pudiera resistirme a la tentación del Aston Martin. Teniendo en cuenta que puedes encontrar coches con motor 4.3 litros totalmente decentes por unos 40.000 euros, es una escandalosa ganga, y si aún necesitas alguna razón para justificar la compra, no es que el valor de los Aston Martin no aumente a largo plazo...

Ficha técnica del Aston Martin V8 Vantage (B7, 2005-2008) 

MotorGasolina, V8, 4.280 cc
Potencia380 CV a 7.000 rpm
Par410 Nm a 5.000 rpm
TransmisiónManual de seis marchas (cambio aut. Sportshift opcional), tracción trasera, diferencial LSD
Peso1.630 kg
Relación peso/potencia4,28 kg/CV
0-100 km/h5,0 segundos
Velocidad máxima280 km/h
Precio nuevo120.588 € (2006)
Valor actual40.000 - 50.000 €

Ficha técnica del Ford Mustang GT 5.0 V8 

MotorGasolina, V8, 4.951 cc
Potencia450 CV a 7.000 rpm
Par529 Nm a 4.600 rpm
TransmisiónManual de seis velocidades (aut. de diez relaciones en opción), tracción trasera, diferencial LSD
Peso1.668 kg
Relación peso/potencia3,70 kg/CV
0-100 km/h4,6 segundos
Velocidad máxima250 km/h (limitada)
Precio nuevo49.550 €



Fuente: https://www.autofacil.es/ford/mustang/2018/09/19/aston-martin-v8-vantage-usado/46357.html

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