Prueba del Toyota Supra 2019

El Toyota Supra ha vuelto, aunque rebautizado como GR Supra en alusión a Toyota Gazoo Racing. 17 años después de la desaparición del último Supra, la quinta generación ya está aquí, y la hemos podido probar a fondo.

Es uno de los clásicos deportivos japoneses. Hablamos del Toyota Supra. Si te piden que digas los cinco primeros coches japoneses que te vienen a la cabeza, muy probablemente digas el Supra junto al Lancer Evo, el Impreza, el Skyline o el MX-5, entre muchos otros.

Por suerte, la nueva línea de negocio de Toyota ya no se centra exclusivamente en los vehículos híbridos, tan necesarios pero tan insípidos de conducir. Desde que retornara al mercado de los deportivos con el GT86, hace ahora siete años, ya se especuló con el renacimiento del Supra, lo cual por fin es una realidad tras poner fin a un proyecto que comenzó cinco años atrás.

¿Y cómo es el nuevo GR Supra? Pues se trata de un coche desarrollado conjuntamente con BMW para derivar en dos modelos muy distintos estéticamente pero casi calcados en lo importante: el BMW Z4 y el Toyota GR Supra.

Este nuevo GR Supra luce un diseño típicamente nipón, con grandes curvas, imponentes protuberancias y líneas fuera de lo común. Su carrocería, fabricada íntegramente el aluminio, es de esas que no deja indiferente a nadie. O te encanta o te resulta repulsiva, pero lo que está claro es que derrocha personalidad. Mide 4,37 metros de largo, 1,85 m de ancho y sólo 1,29 de alto y se acompaña de unas llantas forjadas de 19" montadas sobre neumáticos Michelin Pilot Super Sport desarrollados en especial para este modelo.

Dentro todo es muy familiar. Y lo es porque la mayoría de mandos y botones proceden de BMW, como también el fantástico sistema multimedia e, incluso, los impecables materiales con los que está construido todo el habitáculo. Bien es cierto que este interior no es tan 'típicamente japo' como sí lo es el exterior, pero a cambio goza de una muy buena calidad y una excelente ergonomía.

Eso sí, una de las cosas que implica el desarrollo conjunto de BMW es que el Supra, por primera vez, ha perdido las plazas traseras. Pero el resto del habitáculo es espacioso incluso para personas altas, y los asientos son perfectos por sujeción y por la postura que aportan.

La parte mecánica se compone de motores de cuatro y seis cilindros, si bien en el mercado español sólo se comercializará la versión más ambiciosa, que es la equipada con el motor 3.0 turbo de 340 CV asociada a la transmisión automática ZF de 8 velocidades. Es exactamente lo mismo que ofrece el Z4 M40i y el resultado es fantástico.

Corre muchísimo, está repleto de par desde apenas 1.600 rpm (500 Nm), estira con muchísima fuerza pasadas las 5.000 rpm y, un poco antes de llegar a 7.000 rpm, la transmisión ZF inserta otra marcha más de forma rápida y limpia. Además, en el eje trasero un diferencial activo reparte el par minuciosamente entre las dos ruedas, siendo incluso capaz de derivar el 100% del mismo a una sola.

Por eso, la motricidad es excelente y, cuando quieres derrapar, facilita mucho las cosas. Por otro lado, en la consola central hay un botón con la grafía Sport, que alterna los dos modos de conducción, Normal y Sport, que actúan sobre cuatro elementos: motor, cambio, suspensión y dirección.

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En los tramos de curvas se siente muy rígido y proporciona una gran confianza al conductor. La dirección eléctrica es precisa y muy directa (apenas 2 vueltas entre topes) y el equilibrio general del coche es perfecto, con un reparto de pesos muy igualitario gracias en parte a que casi todo el motor se sitúa por detrás del eje delantero. Y en circuito, los anchos ejes, los bujes con caída negativa y el bajo centro de gravedad proporcinan un resultado muy competente.

No hay atisbo de subviraje y, si te pasas con el gas, el sobreviraje se produce de forma predecible y natural. Para esto último, por supuesto, has de conectar al menos el modo intermedio del control de estabilidad y tracción. La suspensión es más bien tirando a blanda para tratarse de un deportivo de este calibre, pero en absoluto se siente ineficaz, pues controla muy bien los balanceos de la carrocería e incrementa esa sensación de que este coche es un deportivo fácil de conducir rápido.

Peor nota merecen los frenos. Con pinzas de cuatro pistones firmadas por Brembo, son potentes en primera instancia, pero en la pista vendría muy bien que se fatigaran menos, sobre todo porque el tacto del pedal se vuelve poco preciso. Al final frena, pero es difícil calcular cuánto apretar el pedal.

En general, el nuevo GR Supra es un deportivo sensacional, y además conserva pilares básicos en el legado Supra, como el motor delantero de seis cilindros en línea, la tracción al eje trasero, o la sobrealimentación mediante turbo. Incluso el logotipo Supra es tremendamente parecido al de su inmediato predecesor. En el mercado español se comercializarán dos acabados: Active y Premium.

El primero de ellos ya bien excelentemente equipado, con faros de led, diferencial activo, suspensión adaptativa, llantas de 19", frenos Brembo, navegador, asientos deportivo y un largo etcétera. Los clientes pueden elegir entre cinco colores para la compacta carrocería (blanco, negro, azul, amarillo o rojo) y pagarán 69.900 euros por cada una de las entre 40 y 50 unidades anuales que Toyota calcula venderá en nuestro país. Toyota también ofrece una fórmula de rénting para este coche: 1.250 euros al mes con absolutamente todo incluido.

• Lo mejor: Comportamiento marcadamente deportivo, prestaciones del motor, equipamiento de serie.
• Lo peor: Quizá debería ser un poco más barato.

Versión probada: GR Supra Active